El diseño plegable es muy cómodo y vistoso. Cabe en cualquier lado y la doble pantalla es muy conveniente para hacer selfies con la calidad de las cámaras traseras. Las fotografías y vídeos son muy buenos, con la característica saturación de colores de samsung que, personalmente, aunque no sea 100% fiel a la realidad, me gusta mucho. Las baterías (lleva dos) se quedan muy cortas para el uso diario y el teléfono sufre de calentamientos injustificados, lo cual supone un consumo adicional de batería. Pero lo más importante es que la pantalla da problemas pasados unos meses haciendo un uso completamente normal. El protector de pantalla que viene de fábrica con el teléfono (es una película blanda de tpu) se despega por la bisagra y salen burbujas que hacen que la visibilidad de la pantalla sea realmente mala. Además, tuve que cambiar la pantalla a los 9 meses de uso porque se dañó en la zona de la bisagra. Samsung, sabiendo que esta tecnología está en "beta", incluye un seguro de un año para la pantalla, además de la garantía de dos años por ley. En todo caso, samsung no se hizo responsable de los daños en la pantalla, sin haber realizado yo ningún uso fuera de lo normal, haciéndome pagar 160€ por la reparación cuando, claramente, es un problema de fábrica. Al final es mi palabra contra la suya, así que tenía las de perder, claro. En definitiva, no recomendaría a nadie la gama z-flip de samsung. No parece que los nuevos modelos z-flip 3 hayan mejorado en este aspecto.